miércoles, 20 de enero de 2010

Si atraviesas.

Si atraviesas la callejuela de las monjas y llegas donde las paredes blancas se visten de humedad, y si cuando oigas la sirena del puerto corres hacia el borne, te darás cuenta del tiempo que ha pasado, del vértigo de los años, de lo cómodo que fue para ti decir adiós desde aquel barco. Si no has llegado a las monjas y están las paredes resecas, si no oyes la sirena del puerto ni corres al borne, será que sopla la tramontana y ahí da igual si soy recuerdo, sueño, atardecer del verano. Pronto cambiará el viento, y los sueños, y los recuerdos, y será otoño, mañana, y yo nunca.